Danzando con el Ego: Dos tipos de Belly Tormenta que Conviene Evitar
Amamos la danza del vientre y sabemos que desde el momento en que la conocimos e incorporamos a nuestra vida, cambiamos para siempre. Pero, ¿qué pudo haber pasado con nuestro querido ego cuando empezamos a aprender?
En una primera clase de danza árabe, todas las chicas se enfrentan a su imagen a través de un enorme espejo. Y se encuentran con el desafío de bailar y verse bailando. Algunas evitan mirarse, fijan la vista en el suelo, la compañera o el infinito. Otras están encantadas con la posibilidad de contemplarse a cuerpo completo explorando una nueva faceta, mucho más sexy y divertida que la de oficinista. Y otras, están completamente absortas contando, intentando recordar los pasos y procurando coordinar la imagen del espejo con el resto del grupo.
Pasado un tiempo todas logran dominar los primeros movimientos mientras se reconocen en el espejo como mujeres danzantes y empoderadas. Al aprender a querer su reflejo han aumentado el amor por sí mismas. Las compañeras ya no son desconocidas y la clase se transforma en un lugar cómodo y acogedor. El ego por fin está en paz. Pero como no todas traen las mismas historias de vida ni tienen las mismas facilidades o tiempo para ensayar, de pronto se generan diferencias entre el aprendizaje de unas y otras. A veces son distancias mínimas o, en otras ocasiones, alguna ha quedado atascada con un paso que simplemente no sale. De cualquier modo, la bestia del ego ha despertado de nuevo y ya está apuntando como todas las compañeras dominan la técnica o interpretación mejor que tú.
Y sí, se desata la tormenta. En el mejor de los casos de forma interna y en el peor de los casos culpando al resto. El ego está herido y quiere que corra sangre. Si no es tuya, que sea la de alguien más. Y entonces puedes disfrazarlo con otros temas; echarle la culpa al espacio, a la profesora, a la compañera, al estilo, a un traje, a tu pareja, a tu familia o incluso a que nadie te entiende.
El alcance y duración de esta belly tormenta de ego dependerá de factores como tu carácter, creencias, valores, madurez, etc, pero ante todo de que seas capaz de ver las cosas en perspectiva. Si sientes que se avecina la tormenta, recuerda todo lo que has aprendido y avanzado, valora tus logros y reconoce que estás en continuo aprendizaje. También te recomiendo que comentes tu inquietud con tu profesora, seguramente encontrará una nueva forma de mostrarte el ejercicio o bien podrás conversar con ella sobre los ritmos de aprendizaje y cómo mejorar tu práctica.
En el otro extremo otra belly tormenta se desata cuando alguna chica se emboba con su reflejo. Usualmente piensa (aunque no lo diga abiertamente) que es mejor que el resto, que la clase es demasiado fácil para ella y/o que en cualquier coreografía debiese estar siempre al centro y adelante. Este tipo de belly tormenta de ego es mucho más difícil de superar porque, dependiendo del grado de embobamiento, las personas afectadas pueden dejar de prestar atención a las correcciones y bailar con pésima técnica, sin siquiera darse cuenta del error. Si alguien las corrige, están seguras que es por envidia, les tienen mala o hay favoritismos. Es como la historia mitológica de Narciso, el joven que se enamora de su reflejo en el agua y muere ahogado.
Si estás recién empezando tus clases de danza árabe, me encantaría decirte que es imposible que te ocurra algo así, pero no puedo. El aprendizaje de una disciplina tan rica como es la danza, que toca tu imagen personal, autoestima, corporalidad, relación con el mundo y emociones, es así. Por eso te invito a que emprendas este proceso consciente de tu ego para que éste te deje disfrutar y también aprender. La danza nos desafía a crecer y a ser mejores personas, mientras nos regala un maravilloso encuentro con nosotras mismas.
